La cerería más Antigua que se conserva en Barcelona fue fundada el 1761 por el cerero Jacinto Galí. Tras su defunción el encargado del negocio, Martí Prat, lo compró y amplió junto con sus hijos. La reforma del casco antiguo de la ciudad de Barcelona a principios del siglo pasado obligó a derribar muchos edificios, entre los cuales la sede de la cerería. El negocio se trasladó entonces a su emplazamiento actual, un edificio construido y decorado con lujo el 1847 para albergar una tienda de tejidos, conocida como La Argentina. La cerería se instaló en el local sin modificar la decoración original, que con su escalera de adarve doble, flanqueada por dos estatuas femeninas de fundición que originalmente soportes de dos luces de gas, se ha mantenido hasta nuestros días. En 1939, acabada la Guerra Civil, un cerero de la ciudad de Vic, Paulí Subirà, se hizo cargo de la cerería. Primero su hijo Jordi y actualmente dos de sus nietas han seguido con el negocio de venta de productos de cera y sus derivados.